Motivarnos para empezar a hacer ejercicio suele ser la parte más difícil de mantenerse en forma, y no ayuda cuando, para muchos de nosotros, nuestra zona de entrenamiento está ahora a sólo unos pasos de nuestro sofá. Pero todos sabemos (al menos en el fondo) que vamos a sentirnos mucho mejor cuando lo hagamos.
Si necesitas ayuda para motivarte, te presentamos cuatro formas engañosas para sudar:
Ponte tu ropa de entrenamiento favorita
Si te cuesta levantarte y empezar tu entrenamiento, trata de hacerlo más fácil para ti encargándote del primer paso. Ya sea que eso signifique dormir con tus shorts para correr o comenzar tu día de trabajo con tu ropa deportiva (o sea, ¿por qué no hacerlo si trabajas desde tu casa?, ¿de acuerdo?), es mucho más probable que hagas tu entrenamiento si ya tienes puesta esa ropa. .
¿Una hora libre imprevista en tu día? Vamos, haz una sesión rápida de HIIT sin desperdiciar un segundo en ponerte tu ropa deportiva.
Prueba la regla de los cinco minutos
La mitad de la estrategia para entrenar es prepararte para la primera repetición, ronda o milla. Si te encuentras preguntándote cómo vas a completar todo el entrenamiento que pretendes, configura la alarma por cinco minutos y comienza a moverte. Lo más probable es que sientas que las endorfinas empiezan a fluir y te sientas motivado a seguir adelante.
Como uno de mis métodos favoritos, puedo decir que el método de los cinco minutos funciona la mayoría de las veces. Y si después de cinco minutos aún no lo sientes, ¡escucha a tu cuerpo y tómate un día de descanso!
Camina tanto como puedas
Ya que muchos de nosotros seguimos trabajando desde casa, puede ser fácil que no podamos dar todos los pasos extra que solíamos registrar a lo largo del día. ¿Cómo podemos culparnos cuando nuestra silla de la oficina y el espacio de descanso después del trabajo están a un par de cojines del sofá?
Para dar más pasos, ponte el desafío de mantenerte en movimiento mientras llevas a cabo tus innumerables reuniones por video y teléfono. Ya sea que salgas a caminar con tus audífonos o simplemente des vueltas alrededor de tu escritorio, te sorprenderás de cuántos pasos puedes dar durante una conferencia telefónica de 15 minutos.
Recuerda que no todo ejercicio consiste en un entrenamiento tradicional
Ajustarse a un entrenamiento diario a veces puede ser abrumador, en especial si tienes trabajo que hacer, mascotas y niños que cuidar, y una lista entera de tareas por hacer en la casa. Los días en que te encuentres más ocupado, cambia tu forma de pensar y considera todas las cosas que haces cada día como tu entrenamiento.
Lleva a tus cachorros a dar un largo paseo, nada con tus hijos o haz todo el trabajo de jardinería que has estado aplazando, ¡eso absolutamente cuenta como ejercicio! Solo diviértete, y no te dejes abrumar pensando que el ejercicio solo cuenta si levantas pesas. Te prometo que te sentirás mucho mejor sabiendo que moviste tu cuerpo y pasaste tiempo con tus seres queridos.