No importa si vas a las montañas o a la playa, puedes darte gusto con la comida en tus viajes de verano. ¿Cómo poder estar seguro de que tu arduo trabajo en la cocina no salga volando por la ventana del hotel? ¡No tengas miedo! Es posible comer saludable durante las vacaciones. Estas son algunas formas sencillas de continuar tu plan de comidas, sin importar a dónde viajes.
Planea con anticipación
Incluso antes de hacer las maletas, puedes planificar tus comidas con anticipación mirando los menús de los restaurantes en línea. Es una pequeña investigación para descubrir qué opciones de alimentos saludables están disponibles para poder ayudarte a mantener el camino con tus comidas.
Empaca bocadillos nutritivos para ti y tu familia. Haz una mezcla de frutos secos con nuestros Isagenix Snacks™ Sabor bayas naturales a base de vegetales. O come una manzana acompañada de un palito de queso, una cucharada de mantequilla de almendras o un puñado de nueces crudas: esa proteína extra que te ayudará a mantener el hambre a raya hasta tu próxima comida.
¿Volando hacia tu destino? El aire que respiras en el avión tiene muy poca humedad, lo que puede causar deshidratación y fatiga. Así que para estar más hidratado y listo para visitar los lugares de interés una vez que bajes del avión, agrega AMPED™ Hydrate al agua que tomes durante el vuelo.
Sé disciplinado
Estar de vacaciones hace que sea mucho más fácil ceder ante las tentaciones de nuestras papilas gustativas. Para ayudarte a evitar estos excesos, comienza cada mañana con un desayuno equilibrado para marcar el ritmo de tu día. Un sabroso batido lleno de proteínas es una excelente opción, especialmente si quieres saborear algunos deliciosos (y saludables) platillos del buffet de desayuno de tu hotel sin sentir culpa.
Aunque pueda parecerte buena idea, evita saltarte comidas y bocadillos ¡Es mejor mantenerte nutrido y satisfecho durante el día, y evitar salir corriendo rumbo a la comida rápida más cercana cuando te ataque el hambre!
En la medida de lo posible, sacia tu sed con bebidas sin calorías, como agua con limón o pepino, té y agua con gas. Ahorra las calorías para la comida en tu plato.
Controla las porciones
Está bien pedir ese delicioso postre al que le echaste el ojo de camino a tu mesa. Estás de vacaciones, se supone que debes divertirte. Simplemente usa la regla de los tres bocados para el postre: ¡un bocado para probar si es bueno, un segundo para confirmar que es bueno y un último bocado para despedirte!
Otra forma de disfrutar una buena comida sin culpa es controlar las porciones. Los restaurantes normalmente sirven porciones más grandes que las necesarias. Cuando salgas a comer, pide compartir el plato o pide una entrada como comida. Puedes ahorrar calorías y dinero, ¡eso es una ganancia redonda!
Sé amable contigo mismo
Así que, tal vez en tu último día en el paraíso fuiste un poco exagerado en el buffet de desayuno donde puedes comer de todo. Está bien, porque las vacaciones son momentos para relajarse, desconectarse y probar cosas nuevas. Recuerda que puedes retomar el camino en cualquier momento. En lugar de castigarte, saborea los dulces recuerdos que tienes de tus vacaciones.